Los Pirineos se extienden desde el Cabo de Creus, en el mar Mediterráneo, hasta el golfo de Gascuña en el océano Atlántico, entre las depresiones del río Ebro al sur y el Garoina y Aude al norte.
Los valles pirenaicos se orientan típicamente de norte a sur, salvo los extremos marítimos y de algún valle notable como la Cerdanya, lo que explica la escasa accesibilidad entre las distintas valles. Además, los picos más altos se mezclan sin depresión importante que los separe, lo que explica por qué hay tan pocos lugares de paso practicables entre las dos vertientes. La Pica d'Estats (3.143 m), a caballo entre el Pallars Sobirà y el País de Foix, es la montaña más alta de Cataluña.
El clima de los Pirineos es de montaña, con unas precipitaciones más elevadas y unas temperaturas más bajas que los territorios próximos. Al mismo tiempo hace de frontera climática entre el clima atlántico predominante en el noroeste y el clima mediterráneo en el sureste.
La flora de los Pirineos se compone de alrededor de 4.500 especies, de las cuales unas 160 son endémicas. Respecto a los árboles, hay que mencionar: pinos, hayas, abetos, encinas y castaños. La agricultura se limita en los valles a los cereales y a los árboles frutales.
La fauna es muy variada. En total existen 42 especies de mamíferos. Entra las casi 200 especies de animales que subsisten, algunos como el oso pardo (cazado casi hasta la extinción) se ha empezado a reintroducir con otros procedentes de Eslovenia, pudiendo ya observarse su presencia en el Vall d'Aran. Otras especies al borde de la desaparición han revivido, como el rebeco, el ciervo, el corzo y el jabalí.
Entre las aves, el rey indiscutible es el quebrantahuesos, extinguido en casi toda Europa, es en los Pirineos donde la especie tiene su último refugio. Otras aves del Pirineo son el águila real, el abejero, el milano real o negro, el halcón, el cernícalo grande, el búho pirenaico o el rarísimo mochuelo boreal, además del buitre, el alimoche y, más reciente, el buitre negro y el urogallo. En la alta montaña vive una de las joyas pirenaicas, la perdiz blanca.
Les reserves naturals protegeixen la fauna i la flora dels Pirineus. És per això que podem trobar parcs naturals com el Parc Nacional d'Aigüestortes i Estany de Sant Maurici i el Parc Natural del Cadí-Moixeró, així com espais de gran interès geològic com la zona volcànica de la Garrotxa.
La fauna y la flora de los Pirineos están protegidas por reservas naturales, como el Parque Nacional de Aigüestortes-Estany de Sant Maurici y el Parque Natural del Cadí-Moixeró, así como espacios de gran interés geológico como la zona volcánica de la Garrotxa.
Es un entorno privilegiado para los deportes de invierno en las estaciones de esquí de Baqueira-Beret, Boí-Taüll y La Molina o para la práctica de deportes de aventura, excursionismo, alpinismo y escalada.
Pero el interés arquitectónico, artístico e histórico del conjunto de iglesias románicas, que encontramos en los Pirineos, hacen de esta cordillera un destino único, especialmente las iglesias de la Vall de Boí, declaradas en el año 2000 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, entre ellas destaca por sus frescos la iglesia de Sant Climent de Taüll.