La basílica de la Sagrada Familia es una de las creaciones arquitectónicas inacabadas de Antoni Gaudí, que asumió la dirección de las obras en 1883 y trabajó hasta su muerte, el 1926. Situada en el centro de Barcelona, está considerada como el máximo exponente de la arquitectura modernista catalana además de ser todo un símbolo para la ciudad y Cataluña. Sus inicios datan del 1882, a raíz del proyecto de otro arquitecto, el diocesano Francisco de Paula Villar. La basílica fue consagrada por el papa Benedicto XVI en noviembre de 2010.
Dado que en todo momento se ha querido mantener la idea original de Gaudí, tanto en los materiales como en las formas, actualmente la Oficina Técnica del Templo y la dirección facultativa son las encargadas de estudiar el proyecto original y de realizar los cálculos y las previsiones constructivas.
La Sagrada Familia es una iglesia que se compone de cinco naves con crucero de tres, que forman una cruz latina. La estructura de las naves son el fruto de la voluntad de Gaudí de crear una nueva arquitectura, con estructuras equilibradas y autoresistentes. Mantiene, además, la esencia de su manera de trabajar. Durante su trayectoria utilizó arcos parabólicos y catenarias y en otra de sus obras maestras, la Colonia Güell experimentó con un modelo invertido de cordeles y sacos para la iglesia de la Colonia, y así poder calcular y construir sus características columnas inclinadas.
Aun así, para hacer la Sagrada Familia Gaudí quería mejorar la estructura gótica de las catedrales europeas de renombre y por eso proyectó una estructura equilibrada de columnas ramificadas, inspirándose en la forma de las ramas de un árbol. El resultado, aunque inacabado, es la culminación de todos sus estudios estructurales aplicados en otros edificios de su creación.
Fotografías: Elena Merín
Texto: Mar Mampel